Que pase el siguiente

La crónica del partido de ayer podría ser muy similar a varias de las escritas desde que empezó la liga. La razón es que el Villarreal muestra una regularidad apabullante, teniendo muy claro a lo que juega y cómo hacerlo. Con más o menos brillantez según el día, siempre es mejor que su rival y los únicos partidos que no ha obtenido victoria ha sido porque no ha metido las ocasiones que ha tenido, por factores externos como el árbitro o por una mezcla de ello.

Juegue quien juegue demuestra siempre unas ganas tremendas y una solidaridad con el compañero y conciencia del trabajo en equipo admirables. Correr, correr y correr dice Marcelino que es una de las claves y todos los partidos acaban con una sonrisa cómplice entre afición y jugadores de saber que están exhaustos porque lo han dado todo. Aunque el agotamiento en algunos momentos es patente, el fondo físico creado por el trabajo semanal y el hambre que demuestra la plantilla, hace que lleguen a jugadas que parecían imposibles o que casi en el descuento del partido y ganando 3-0 te hagan un contragolpe cual séptimo de caballería como si se fuera perdiendo o empatando. Esas ganas sumado al fondo de armario, hace que quien entre en el campo te ofrezca alternativas y rinda a buen nivel. Han sido semanas de rotaciones y el entrenador realiza cambios también en base al rival, como por ejemplo la entrada ayer de Pina para equilibrar la contundencia de los hombres del Granada. Pero como la famosa película, Marcelino tiene sus “intocables”, con un Mario que mejora a pasos agigantados, Cani en el mejor momento de su carrera y Bruno que maneja el tempo del encuentro y lo mires cuando lo mires, aunque a su alrededor haya caos, dirige la orquesta a ritmo de vals.

El campo acabó haciendo la ola, eso lo dice todo, pero de nuevo fue un partido muy trabajado, sabiendo una vez más cuando echar mano de fantasía y cuando coger el pico y la pala. El Granada se echó atrás y el Villarreal a base de insistencia fue creando un mayor número de ocasiones, siendo cada vez más peligrosas. El gol llegó y aunque el resultado al descanso pudo ser mayor, nada más empezó la segunda parte hizo el segundo y prácticamente firmó la sentencia aunque más tarde pondría la puntilla con un tercero. Hubo momentos de indecisiones, de fallos en los pases, de echarse quizá demasiado atrás, pero fueron anécdotas puntuales en un partido dominado de principio a fin en el que el rival no creó ni una sola ocasión de peligro realmente claro. Como le dijeron al entrenador al finalizar el partido, aún no sabemos si Asenjo es buen portero, porque lo vemos poco.

Con 17 puntos en el casillero, el conjunto amarillo se va al parón durmiendo en puestos Champions hagan lo que hagan hoy sus rivales y con la sensación de que su primer y principal objetivo que es la salvación, va a llegar mucho antes de que nadie, ni el más optimista, pudiera imaginar.

3 Villarreal CF: Asenjo; Mario, Musacchio, Dorado, Jokic; Aquino (Moi Gómez, 63’), Bruno, Pina (Trigueros, 83), Cani; Giovani y Jonathan Pereira (Perbet, 69’).

0 Granada CF: Roberto; Nyom, Diakhaté, Murillo, Bryan Angulo; Iturra, Yebda, Pereira (Foulquier, 71’), Buonanotte, Brahimi (Riki, 56’); y El Arabi (Ighalo, 56’).

Goles: 1-0, min. 30: Bruno. 2-0, min. 48: Giovani. 3-0, min. 82: Pina.

Árbitro: Alejandro Hernández Hernández (Comité Canario). Amonestó a Buonaotte (81’) por parte del Granada.

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Liga BBVA disputado en el Estadio El Madrigal.