Peor que la derrota, sus daños colaterales
Un gran partido del Villarreal condicionado por la pronta expulsión de Bruno
Hasta 9 bajas podría tener el Villarreal para su partido ante el Huesca
El Villarreal visitaba el Molinón para enfrentarse a un Sporting en un momento cuanto menos complicado. Un candidato al ascenso que ocupaba más bien zonas peligrosas de la taba, con un entrenador en la cuerda floja y una afición con los nervios a flor de piel. El conjunto amarillo contaba con una oportunidad de oro para aprovechar esos factores y dar un golpe sobre la mesa, no solo alejándose notablemente de un supuesto rival directo, sino no perdiendo comba con un intratable Elche y no dejando que se te peguen a los talones conjuntos como el Almería. La duda era si sería el Villarreal que poco a poco se va sacudiéndose las carencias y maldiciones del año pasado, creciendo desde la fortaleza defensiva o no dejaríamos de ser ese equipo "resucita muertos" que desaprovecha estas oportunidades. El partido empezó apuntando claramente a lo primero y por varias circunstancias y sobretodo ateniéndonos al marcador final, acabó siendo lo segundo.
La primera media hora fue un dominio total del conjunto amarillo. El control y la diferencia en el campo entre uno y otro era tal que ya se oían silbidos de la grada hacia el equipo local. Semana a semana el bloque va creciendo y sobretodo aumentan el repertorio de recursos y de saber la velocidad a imprimir en cada momento. Parece que hemos aprendido la lección de no obcecarnos en entrar por el medio si vemos que es imposible y usamos las bandas, velocidad y balones largos como recursos habituales. Eso si, el gol, que es lo más importante, sigue siendo una asignatura pendiente. Porque las sensaciones eran muy buenas pero las ocasiones contadas y cuando las había y eran claras, no las materializábamos. Cuellar salvó un par mezclando suerte y acierto y Cavenaghi en las que tuvo volvió a estar muy inocente.
Llegó el minuto 34 que fue el que marcaría el partido. Más que un minuto lo haría un hombre y es que Bruno se autoexpulsó en una jugada inexcusable e infantil. Con el balón ya perdido y en un arrebato incomprensible dio sin venir a cuento un ridículo golpe con la rodilla a Carmona que se revolcó como si le hubieran matado demostrando sus dotes teatrales como ya se vio antes en una simulación de penalti que en directo parecía pero en la que el árbitro que estaba cerca, no picó. El jugador de Artana pediría perdón al final de partido a compañeros y cuerpo técnico por su acción que sabe y admite que condicionó el partido. Falta ver si el Villarreal toma alguna medida ante lo sucedido con un jugador recién renovado hasta 2020 y que lleva 2 expulsiones en pocas jornadas, cosa inédita en el pasado. Si la acción es cuanto menos censurable por poco daño que produzca al contrario, mucho más teniendo en cuenta que la semana pasada vimos por una acción de Oriol como el comité castiga con dureza, se habló con los jugadores en este sentido y él mismo habló en rueda de prensa al respecto y lo cautos que debían ser y el control que debían mantener. Eso no quita que ver repetidas las jugadas de las faltas del Sporting dan escalofríos, que por lo menos dos hombres debieron ser expulsados por un codazo y por una patada a Bordás que según diría literalmente el míster al finalizar el encuentro "le dejó marcado un taco en la pierna y está sangrando como un animal".
Pero con el buen partido que se estaba viendo, la expulsión de Bruno nos dejó tocados a todos, dando vueltas ya no solo a las consecuencias inmediatas sino a cuantos partidos le podrían caer. Y cuando digo todos incluyo jugadores, porque una pájara momentanea de los minutos posteriores lo aprovecharía el rival para hacer gol en posiblemente el primer acercamiento al área y con un recurso de entrada por banda y pase largo al área que sería lo poco que harían contadas veces y algo en lo que a nosotros ya nos han cogido varias veces esta temporada.
Pese a ello, en la segunda parte el Villarreal volvió a salir dando una gran imagen, manteniendo el dominio y el nivel de la primera parte, no dando la sensación que estaba en ningún momento con un hombre menos. El míster fue valiente y decidido y sacó toda la gente de ataque disponible dejando pronto al equipo con una defensa de tres y acabando solo Mellberg con la ayuda de Toribio. Una valentía no premiada con el gol y es que las pocas ocasiones que llegaban no se materializaban, pasaban los minutos y el cansancio empezaba a hacer acto de presencia y hacía más difícil llegar con claridad. Encima para rematar el encuentro y casi en el descuento, el Sporting volvería a aprovechar una situación de inferioridad (estando nosotros con 9 por Bordás encontrarse en el intento de recuperarse tras una entrada escalofriante) y sentenciaría con el 2-0.
La falta de gol, de pegada, fue lo peor del partido junto al grave error de Bruno, pero no fue lo único. Y es que la visita al Molinón deja muchos daños colaterales además de moratones. Aparte de salvo milagro la baja del de Artana para varios partidos (que dentro de lo malo el acta no habla de agresión sino de "dar una patada con el balón en juego pero sin opción de poder jugar" y eso según el reglamento es amarilla y el Villarreal puede intentar tirar por esa vía), se retiraron con molestias hombres como Cani o Bordás por las patadas recibidas. Otro que seguro que tiene muchas heridas de guerra que contar es Manu Trigueros, al que se le vio muy cansado ya viniendo además algo tocado aún de su lesión. Si lo sumamos a que habrá que estar atento a como evoluciona Mussachio esta semana, que a Pandiani le quedan aún un par de semanas, que Hernán y Uche se irán con su selección y que Oriol tiene aún varias semanas de sanción, tenemos un panorama bastante preocupante para el partido ante el Huesca.
Pese a ello se pueden sacar lecturas positivas. Y es que el equipo como decía sigue creciendo en juego de bloque y en recursos aunque si bien es cierto que falta gol. Resaltando a jugadores concretos, Leujene suplió muy bien a un jugador que estaba a un gran nivel y Trigueros estuvo en plan estelar.
Ahora una semana por delante en la que habrá que estar atentos a comités disciplinarios y sobretodo a la evolución de los jugadores tocados. Antes o después se podía perder y en este campo era factible aunque duela más por las circunstancias que lo han propiciado y por los efectos secundarios que te traes de vuelta a Vila-real, pero seguimos en la zona alta y juegue quien juegue hay que continuar en esta línea mejorando las cosas que todos sabemos y el entrenador el primero.
2 Real Sporting: Cuellar; Luis Hernández, Gregory, Iván Hernández, Canella; David (Mendy, 61’), Mandi (Ricardo, 67’), Carmona, Álex Barrera, Trejo (Carmelo, 74’) y Sangoy.
0 Villarreal CF: Juan Carlos; Mario, Mellberg, Lejeune (Toribio, 46’), Jaume Costa; Bruno, Marcos Senna, Cani (Uche, 58’), Trigueros, Hernán Pérez y Cavenaghi (Gerard Bordas, 71’).
Goles: 1-0: David (39’). 2-0: Sangoy (88’)
Árbitro: Mario Melero López. Amonestó a Mandi (21’), Carmona (55’), Toribio (73’), Sangoy (86’); expulsó con roja directa a Bruno (35’)
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Liga Adelante en El Molinón ante unos 17.000 espectadores.