Sant Joan forma en radiología pediátrica, clave para la detección del maltrato infantil
El centro ofrece una serie de charlas impartidas por el doctor Héctor Cortina, exjefe del Servicio de Radiología Pediátrica del Hospital Infantil La Fe
Ante un indicio de violencia a un menor, el estudio radiológico es un apoyo fundamental a la valoración clínica
El salón de actos del Hospital Universitario Sant Joan d'Alacant ha acogido una jornada formativa de radiología pediátrica, que ha corrido a cargo del doctor Héctor Cortina, profesional ya jubilado que ha estado más de 30 años al frente de la radiología pediátrica del Hospital Infantil La Fe de Valencia, considerado como "uno de los padres de esta disciplina en España", según lo han calificado las organizadoras de la jornada en su presentación.
La cita, que ha sido coordinada por la jefa del Servicio de Radiología, Isabel González, en colaboración con la pediatra Concha Castaño, está dirigida a radiólogos y pediatras, así como a residentes de ambas especialidades, dada la necesidad de formar en este ámbito al personal sanitario. "Realizamos una encuesta entre los profesionales del servicio, para orientar las charlas a las verdaderas necesidades que tienen en su práctica diaria. De ese consenso han surgido los cuatro temas que el doctor Cortina ha abordado", apunta la doctora González.
La radiología ante el maltrato infantil, el tórax del recién nacido, el abdomen agudo en el recién nacido y la osteomielitis aguda son las temáticas que han centrado la jornada. "Son aspectos específicos del paciente pediátrico, que he enfocado de manera práctica, recurriendo a casos clínicos, y con planteamientos básicos, para transmitir a los profesionales ideas claras, huyendo de la complejidad que, con frecuencia, tiene esta especialidad", señala el ponente.
Precisamente, como señala el especialista, esta complejidad es inherente a la radiología pediátrica, por el hecho de que las patologías se manifiestan de forma distinta en el niño y en el adulto. "Durante los primeros años de vida las enfermedades se comportan de manera muy diferente y es a partir de los 10, 12 años cuando se van pareciendo más. Por este motivo, tanto el manejo radiológico como las técnicas a aplicar también difieren, lo que hace indispensable que los profesionales estén adiestrados. "Esto permite actuar con mayor celeridad y que el diagnóstico sea lo más temprano posible en el bebé", destaca.
El estudio radiológico, importante apoyo en los casos de maltrato infantil
Como ha subrayado Cortina, "en el esqueleto del niño están muchas de las claves del maltrato infantil. No sólo de lo que ha ocurrido en el episodio traumático inmediatamente anterior al estudio radiológico, sino que también permite detectar signos de lo acontecido en las semanas e incluso meses previos. De este modo, cuando hay pequeños indicios de que estamos ante un caso de maltrato, la radiología puede darnos la clave, porque las lesiones del niño maltratado, sobre todo durante el primer y segundo año de vida, son muy características y definidas. Esto es consecuencia, por ejemplo, de que el hueso del niño es mucho más elástico que el del adulto, lo que se refleja en las pruebas de imagen". Por todo ello, el estudio radiológico del menor ofrece mucha información y es un apoyo importante a la valoración clínica.
Así, el experto ha explicado a los profesionales, desde un punto de vista más técnico, las claves radiológicas que han de tener en cuenta, abordando incluso aspectos judiciales, frecuentes en estos casos, que suelen representar situaciones estresantes también para los profesionales.
En cuanto al resto de temas expuestos, las pruebas radiológicas de patología de tórax y de abdomen en el recién nacido, Cortina ha resaltado su difícil manejo, dado que "las enfermedades relacionadas con la inmadurez del paciente se entremezclan y se hacen difíciles de discriminar. Y más aún debido a que la mayor supervivencia de los neonatos en los últimos años y los altos grados de prematuridad suponen la aparición de patologías hasta hace poco desconocidas, que requieren una correcta interpretación radiológica para su adecuado tratamiento".
Por último, se ha hablado de la osteomielitis o infección de huesos, que, de nuevo, ofrece características totalmente diferentes a las del adulto y que incluso muestra aspectos distintos cuando la infección afecta al recién nacido, momento en que se trata de formas generalizadas, frente al comportamiento en los años posteriores de la edad pediátrica en que los focos infecciosos son localizados. Los planteamientos de diagnóstico, seguimiento y consecuentemente actitud terapéutica, son también totalmente distintos.