Investigadores de la Universitat de València estudian las consecuencias del cuidado de personas autistas
Los doctores Esperanza González y Luis Moya Albiol junto a su equipo de investigación del Departamento de Psicobiología; y Josefa Pérez, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, han estudiado en qué medida los cuidadores familiares de personas con trastornos del espectro autista pueden estar sometidos a un estrés crónico con repercusiones negativas sobre su salud. Además, se ha verificado los efectos beneficiosos sobre la salud física y mental de la aplicación de un programa de ‘mindfullness’.
El proyecto, en el que han participado más de un centenar de personas, ha durado tres años y ha sido subvencionado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y por la Conselleria d’Educació de la Generalitat Valenciana.
Los resultados indican que los cuidadores presentan peor salud que los padres y madres que participaron en la investigación pero que no cuidaban de un hijo con autismo. Los primeros tienen prescritos mayor número de fármacos y presentan mayor sintomatología neurosensorial, músculo-esquelética, inmunológica, respiratoria, gastrointestinal y cardiovascular.
Las conclusiones, además, indican que los cuidadores de personas autistas muestran un empeoramiento del afecto (caracterizado por mayor depresión, ansiedad e ira) y que cuentan con menor apoyo social. A nivel fisiológico poseen un organismo excesivamente activado en situaciones de reposo y una menor capacidad de reaccionar a las situaciones estresantes (tal y como indican los parámetros psicofisiológicos, hormonales e inmunológicos analizados). Estos efectos son mayores en aquellos cuidadores que perciben mayor sobrecarga por la situación.
En su conjunto, los resultados podrían estar indicando que se podría producir una pérdida del potencial adaptativo de la respuesta de estrés. Sin embargo, hay algunos cuidadores que no tienen unos efectos tan marcados, por lo que resulta especialmente interesante analizar cuáles son los factores de protección con el fin de llevar a cabo intervenciones psicoterapéuticas que puedan fomentarlos.
Para la realización del estudio se ha trabajado con 88 cuidadores principales (madres y padres) de personas diagnosticadas con trastorno autista con diferentes grados de funcionamiento, tanto autismo clásico como síndrome de Asperger, a los que se ha comparado con un grupo de personas de similares características, pero que no desempeñan este rol.
El trabajo ha sido llevado a cabo por los doctores Esperanza González Bono y Luis Moya Albiol y su equipo de investigación, del Departamento de Psicobiología de la Universitat de València (Sara de Andrés, Ángel Romero, María Victoria Sanchis, Patricia Sariñana, Nicolás Ruiz, Juan Miguel Roa y otros investigadores y colaboradores). Además, se han obtenido los primeros datos en un pequeño grupo de cuidadores que ponen de manifiesto los beneficios para la salud física y mental de la aplicación de un programa de mindfullness, llevado a cabo por la doctora Josefa Pérez Blasco del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Los investigadores han estado en estrecho contacto con los participantes, y han contado con la colaboración de la Asociación Valenciana de Padres de Personas con Autismo (APNAV) y la Asociación Asperger Alicante (ASPALI). Se trata de la continuación de una línea de trabajo realizada en cuidadores de personas con esquizofrenia.
El cuidado de las personas con trastornos de espectro autista recae principalmente en el ámbito familiar y supone una fuente de sobrecarga en la mayoría de las ocasiones. En este sentido, se trata de una situación de estrés crónico ya que se está expuesto a ella de forma continua desde casi el momento del nacimiento del hijo y durante toda la vida. Además, conlleva falta de control e impotencia, un continuo esfuerzo por ajustarse a las necesidades cambiantes de la persona cuidada y una alta fuente de sufrimiento relacionada con el futuro del afectado. Este trabajo ha sido llevado a cabo desde una perspectiva global del ser humano, evaluando aspectos psicológicos y fisiológicos relacionados con la salud tanto en situaciones de reposo como en respuesta al estrés inducido en el laboratorio.