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Excavaciones arqueológicas en la ronda de las murallas descubren los vestigios de una factoría de salazón, cetaria, del siglo V-VI d. c.

Excavaciones arqueológicas en la ronda de las murallas descubren los vestigios de una factoría de salazón, cetaria, del siglo V-VI d. c.
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    En agosto de 2010 dábamos a conocer el descubrimiento, en un segmento del trazado de la Avda. Ronda de las Murallas, de un Horreum y de tres tumbas romanas del Alto Imperio.

    En esta ocasión, el seguimiento arqueológico de las obras de urbanización de la Avda. Ronda de las Murallas, en un tramo adyacente al anterior, frente a un área especialmente protegida en el planeamiento urbanístico, por estar en el epicentro de Dianium, nos ofrece un sorprendente descubrimiento arqueológico, con un interés para la investigación ciertamente trascendente.

    En un sondeo practicado en un punto en donde se habían documentado contextos de época romana tardía, se han hallado estructuras pertenecientes a una fábrica de salazón, con contextos arqueológicos que sitúan su actividad en un momento avanzado del siglo V y en la primera mitad del siglo VI d. C.

    Las estructuras que, de forma inequívoca, nos remiten a esta propuesta funcional son una batería con cuatro piletas contiguas, de planta rectangular, excavadas en el subsuelo y que presentan un fuerte revestimiento de opus signinum. Este enlucido, con abundante cal, impermeabiliza la base y las paredes de las mismas. Éstas se relacionan con una tipología de factorías de época romana tardía, que se han documentado en el litoral atlántico de la Lusitania y en enclaves costeros de la Bética y la Tarraconense.

    Frente a una problemática de viveros y de factorías de los siglos I y II, del Alto Imperio, ya conocida desde hace media centuria gracias a los trabajos de M. Ponsich, M. Tarradell y, para nuestro litoral, de Gabriela Martín, que publica y valora el vivero y las piletas localizadas en la villa romana de la Punta del Arenal de Xàbia, en los últimos años se han multiplicado los hallazgos y los estudios sobre factorías del Bajo Imperio y época romana tardía.

    Éstas fábricas de salazón ofrecen una tipología arquitectónica de pequeños edificios de planta cuadrada o rectangular, con patio central (utilizado para el despiece y acopio del pescado) y, alrededor del mismo, crujías perimetrales cubiertas, con baterías de piletas en su interior, donde se realizaba la preparación y el proceso de conservación del mismo, mediante su deposición en estas piletas, con sales y salmueras.

    Las factorías de salazón de San Nicolás, de Algeciras, la del puerto de Mazarrón o la de Santa Pola son especialmente significativas en cuanto a similitudes en la factura y distribución de las piletas.

    Las excavaciones en la Ronda de las Murallas se prolongarán la próxima semana, con un sondeo que permitirá disponer de más datos sobre la tipología del edificio que integraba esta batería de piletas.

    Es especialmente significativa su ubicación en un área muy cercana al epicentro de la ciudad romana, en donde se han hallado pedestales y aras con epigrafías pertenecientes al forum. Ello acredita la fuerte regresión urbana de la ciudad clásica y la superposición, sobre sus ruinas, de un tejido industrial, arquitecturas domésticas y necrópolis durante los siglos V y VI, en parcial correspondencia con los resultados de las excavaciones que, bajo nuestra dirección, se desarrollaron en el Hort de Morand en la década de los ochenta. Un tejido industrial, en este caso, orientado a la explotación de los recursos del mar.

    En este sentido, es muy sugerente el hecho de que el muro longitudinal del edificio que integra las piletas presente una orientación y alineación similar y relacionable con un vial urbano situado en las excavaciones del Hort de Morand, que se considera uno de los cardines que, de norte a sur, formaban parte del trazado urbanístico de Dianium.

    El registro arqueológico, pese a la remoción parcial de la estratigrafía en época andalusí, precisa la datación propuesta; la segunda mitad del siglo V y la primera del VI d. C. Vajilla de mesa Africana [Hayes, 61B, 91C], fondos de vajilla de mesa africana estampados, con estilos y motivos adscribibles a pleno siglo VI, así como cerámicas a mano de cocina y otras comunes de almacenaje, habituales en factorías de este tipo. Y pequeñas monedas sincrónicas. Las ánforas, asimismo, con ejemplares de claro origen africano como la Keay XXVIIB o XXXI, que transportaban aceite procedente de Túnez y otros de origen hispano, como la Keay XIXA y B o la Keay XXIII/Almagro 51C, nos ofrecen una interesante línea de estudio, dirigida a la detección de los envases que pudieran contener los salazones producidos en la factoría, para su transporte y comercialización.

    Contamos con que podamos recuperar restos de malacología y de ictiofauna que permita dilucidar las especies que eran objeto de transformación en la factoría. Asimismo, el hecho de contar con una parcela colindante con una especial protección y que el ordenamiento urbanístico normativiza, por su relevancia, su futuro traspaso a titularidad pública, permitirá conocer si esta factoría es aislada o forma parte de un complejo de mayor extensión.

    Esta intervención ha contado con la dirección técnica de Josep Marqués Costa, arqueólogo y con la supervisión del Servei Municipal d’Arqueologia de Dénia. Se está realizando paralelamente a un proceso de reposición de la red de saneamiento y de reurbanización del vial de la Ronda de les Muralles.

    Agradecemos a la empresa adjudicataria de la obra, BECSA, así como a los técnicos municipales que dirigen la ejecución de la misma, las facilidades y la adopción de soluciones que han permitido el desarrollo simultáneo de las intervenciones arqueológicas a su ejecución.

    Así, en este solsticio de invierno de 2011, podemos confirmar, gracias al control exhaustivo y sin tregua del Plan de Intervenciones Arqueológicas Urbanas de Dénia sobre todo tipo de afectación a nuestro subsuelo, que la secular presencia de salazones y otros derivados del pescado en nuestra dieta, gastronomía y en nuestra vida cotidiana, así como nuestra estima por los mismos, tiene ahora un nuevo referente histórico y cultural: una pequeña factoría de salazón que, entre el 550 y el 650 d. Cristo, hace casi mil quinientos años, formó parte del mapa económico de nuestra ciudad clásica; Dianium.

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